Una de las medidas que será introducida en la nueva Directiva de Ahorro de Agua en Edificios y, por lo tanto, deberá incorporarse al Código Técnico de la Edificación es la obligatoriedad de que los edificios de nueva construcción incluyan sistemas para aprovechar el agua de lluvia. Realmente, la utilización de las aguas pluviales se remonta a la Antigüedad.
En la casa (domus) romana se construía un depósito denominado impluvium que recogía el agua de la lluvia.
El aprovechamiento del agua de lluvia consiste en disponer de un aljibe y de un sistema de depuración (generalmente vale una simple cloración) para almacenar el agua recogida a través de las cubiertas de los edificios. La utilización de esta agua suele ser para el llenado de cisternas de inodoros, riego y para reposición de la red de incendios, pero también se pueden utilizar, si las ordenanzas lo permiten, para el funcionamiento de lavadoras y lavavajillas.
El agua regenerada de pluviales no debe mezclarse ni contaminar a la red de suministro. Sus circuitos deben estar claramente diferenciados.
El aprovechamiento de las aguas de lluvia dependerá del régimen pluviométrico de cada localidad. Por supuesto, las lluvias no son constantes todos los años y presentan cierta variabilidad debida a numerosos factores climatológicos. Sin embargo, se pueden clasificar varias zonas pluviométricas en función de los registros históricos.
Como referencia se puede utilizar el mapa pluviométrico proporcionado en la sección HS1 del CTE. En él se distinguen cinco zonas pluviométricas en función del nivel de precipitaciones recogido anualmente. La zona pluviométrica de promedios es la zona geográfica que engloba todos los puntos que tienen un índice pluviométrico anual, p, comprendido dentro del mismo intervalo de los siguientes:
- Zona I cuando p > 2.000 mm.
- Zona II cuando 1.000 mm < p ≤ 2.000 mm.
- Zona III cuando 500 mm < p ≤ 1.000 mm.
- Zona IV cuando 300 mm < p ≤ 500 mm.
- Zona V cuando p < 300 mm.
En la siguiente figura se muestra un esquema de principio de aprovechamiento de aguas pluviales:
Para viviendas unifamiliares, la capacidad del depósito de recogida de agua de lluvia se suele establecer en 1 m3 por cada 17 m2 de cubierta con un mínimo de 20 m3. El volumen máximo suele oscilar entre 60 m3 para las zonas con precipitaciones medias superiores a 600 mm/año, y 90 m3 para zonas con precipitaciones inferiores a dicho valor.
Para edificios multiviviendas y hoteles, el cálculo del volumen del depósito se establece como el resultado de un polinomio que integra la precipitación media, la superficie de captación, el número de usuarios y, si procede, la extensión de jardín.
El volumen final resulta de la siguiente expresión: 
Donde:
- V = volumen del depósito de agua pluvial.
- Sc = superficie útil en m2 de cubiertas susceptibles de recogida de agua de lluvia.
- P = factor de precipitación.
> 1 para precipitaciones anuales medias menores de 600 mm.
> 0,5 para precipitaciones ente 600 y 900 mm.
> 0,25 para precipitaciones superiores a 900 mm. - n = número de usuarios.
> En edificios de viviendas, a falta de datos, se considerarán cinco por vivienda.
> En hoteles, será el equivalente al número de camas. - Sj = m2 de jardines o zonas verdes.
- G = factor de aguas grises.
> G = 1 sin reutilización de aguas grises.
> G = 0,5 con reutilización de aguas grises.
El volumen mínimo del depósito para edificios de viviendas será de 25 metros cúbicos (25 m3). Para hoteles se considerará un volumen mínimo de 30 m3.
Solución:
Según el mapa de la HS1, Zaragoza se encuentra en la zona pluviométrica IV, con unas precipitaciones comprendidas entre 300 mm y 500 mm de agua por metro cuadrado anuales. Luego el factor P será 1.
Como existe reaprovechamiento de aguas grises, el factor G = 0,5.
