El consumo del ascensor representa entre el 5% y el 10% de la energía total del edificio.
Los principales tipos de ascensores son los eléctricos y los hidráulicos. En ambos modelos de ascensores el principal consumo energético se desarrolla en la iluminación del interior de la cabina. El motor, aunque parezca lo contrario, solo representa el 20% del consumo total (algo más en los hidráulicos debido a las pérdidas de conversión en el grupo de presión).
Otro consumo secundario, pero no despreciable, es el asociado, el dispositivo de apertura de puertas.
Estadísticamente casi un 60% del consumo del ascensor se realiza mientras este se encuentra parado (modo stand-by). Por lo tanto, una de las medidas más eficaces para reducir el consumo de un ascensor es evitar que el interior de los ascensores esté iluminado permanentemente. Para ello se pueden adoptar las siguientes medidas:
- Instalar un detector de presencia que encienda la luz del interior solo cuando entre algún usuario.
- Conexionar el encendido de la iluminación de la cabina con el motor del ascensor, para que la iluminación sólo se active cuando el ascensor esté en funcionamiento.
La otra medida energética más común para reducir el consumo es sustituir el motor del grupo tractor por otro de alta eficiencia o la instalación en el cuadro de maniobra de un arrancador electrónico y de un variador de frecuencia que sustituya a los tradicionales arranques estrella-triángulo.
Por último, la utilización de procesadores de llamadas con algoritmos basados en lógica difusa o redes neuronales pueden contribuir significativamente al ahorro energético al optimizar la prioridad de desplazamientos cuando se realizan varias llamadas simultáneamente.


Recientemente se ha comenzado a aplicar la norma VDI 4707 para la certificación de eficiencia energética de los ascensores. Esta norma analiza el comportamiento energético del ascensor desde estudiando dos factores:
a) Perfil de uso: número de arranques, horas de funcionamiento…
b) Demanda energética: consumo energético en modo de funcionamiento normal y de parada.
La certificación energética del ascensor tiene asociada una etiqueta donde se clasifica la eficiencia del mismo según un código de colores y letras, siendo la más eficiente la clase A.

Se recomienda al técnico energético que se dedique al campo del mantenimiento de ascensores la lectura de la recientemente publicada norma ISO 25745- 1:2008 “Energy performance of lifts and escalators – Part 1: Energy measurement and conformance”, donde se describe la metodología para el procedimiento
de medida del consumo de ascensores.


Muchos Gobiernos regionales otorgan subvenciones para la mejora energética de ascensores mediante diferentes “planes Renove”.
Las subvenciones suelen tramitarse a través de las asociaciones regionales de instaladores o mantenedores de ascensores y la cuantía suele llegar hasta el 35% de la inversión total.
Las partidas principales que se contemplan son las destinadas a la regulación de la iluminación de la cabina y a la sustitución del motor del grupo motriz.