La estructura soporte de los colectores, así como su orientación e inclinación, son cuestiones que debemos tener muy en cuenta en una instalación de energía solar térmica.
El fluido caloportador más utilizado en la mayoría de las instalaciones es el agua con aditivos, generalmente anticongelantes, con lo que se eliminan los riesgos de congelación.
El material más utilizado actualmente en este tipo de instalaciones es el cobre, ya que es resistente a la corrosión, maleable y dúctil; además, es competitivo desde el punto de vista económico con relación a otros materiales, como por ejemplo los conductos de plástico.
Las pérdidas de carga en tuberías y accesorios condicionan el diámetro de las mismas y el electrocirculador necesario para hacer circular el fluido de los colectores al depósito acumulador.
Las instalaciones de energía solar térmica deben estar protegidas contra los riesgos de congelación y ebullición del fluido caloportador, ya que en caso contrario se pueden ocasionar daños tanto a la propia instalación como al inmueble, debido a las posibles fugas por rotura de tuberías que el fluido pueda provocar.
Los colectores se orientan siempre hacia el Sur geográfico y su inclinación es función de la latitud del lugar y de la época de utilización de la instalación y su uso.
El tipo de anclaje empleado en una instalación depende de dónde ubiquemos los colectores (por ejemplo, en cubierta, terraza, tejado, etc.) y de las fuerzas que actúan sobre los mismos (presión el viento, etc.).
Los materiales más usados en las tuberías son el cobre, el acero galvanizado, el acero negro y los plásticos.
El fluido caloportador es el que pasa por el absorbedor, transfiriendo a otra parte del sistema la energía térmica absorbida. Hay cuatro tipos de fluidos distintos: →Agua natural. →Agua con adición de anticongelante. →Líquidos orgánicos sintéticos o derivados del petróleo. →Aceites de silicona.
La tubería de cobre se nombra comercialmente por su diámetro exterior.
El acero galvanizado no puede utilizarse en circuitos primarios, es decir, los que van de los colectores al almacenamiento.
Los conductos de plástico tienen cualidades similares a las tuberías de cobre.
Las pérdidas de carga son pérdidas de presión que experimenta el fluido caloportador al circular por el interior de las tuberías y pasar a través de accesorios.
Los riesgos de ebullición en instalaciones de energía solar térmica se sitúan principalmente en dos puntos: en los colectores y en el acumulador.
El método de protección contra la congelación más adecuado estará en función del fluido caloportador utilizado y de las condiciones meteorológicas del lugar, aunque el más habitual es la utilización de agua con aditivos anticongelantes.