Mantenimiento de Instalaciones de Saneamiento

En principio, la instalación de saneamiento genera menos problemas que la instalación de suministro, debido a que trabaja a presión atmosférica y a que se limita a evacuar las aguas utilizadas en el edificio.

  • Atascos y acumulación de suciedad. Debemos tener en cuenta que por las cañerías se eliminan muchas sustancias orgánicas como grasas, restos de alimentos, provocando sedimentos e incrustaciones en el interior de la tubería. También, en muchas ocasiones, el inodoro es utilizado como cubo de la basura arrojando al mismo colillas de tabaco, gran cantidad de papel…, que terminan obstruyendo los botes sifónicos y los tramos de evacuación con poca pendiente.
  • Fugas por rotura o pérdida de estanquidad en las juntas de unión entre tuberías. Generalmente, estas averías se deben a una degradación o incorrecto montaje de la junta de goma interpuesta en el acoplamiento.

Las redes de mantenimiento se dividen entre las bajantes de pluviales y las tuberías de aguas residuales, aunque en algunos edificios de cierta antigüedad pueden encontrarse unidos ambos servicios.

Para un correcto funcionamiento de la instalación de saneamiento, se debe comprobar periódicamente la estanquidad general de la red con sus posibles fugas, la existencia de olores y el mantenimiento del resto de elementos.

  • Se revisarán y desatascarán los sifones y válvulas, cada vez que se produzca una disminución apreciable del caudal de evacuación, o haya obstrucciones.
  • Cada seis meses se limpiarán los sumideros de locales húmedos y cubiertas transitables, y los botes sifónicos. Los sumideros y calderetas de cubiertas no transitables se limpiarán, al menos, una vez al año.
  • Una vez al año se revisarán los colectores suspendidos, se limpiarán las arquetas sumidero y el resto de posibles elementos de la instalación tales como pozos de registro, bombas de elevación.
  • Cada 10 años se procederá a la limpieza de arquetas de pie de bajante, de paso y sifónicas o antes si se apreciaran olores.
  • Cada seis meses se limpiará el separador de grasas y fangos si este existiera.
  • Se mantendrá el agua permanentemente en los sumideros, botes sifónicos para evitar malos olores, y también se limpiarán los de terrazas y cubiertas.

Estas actuaciones se deberán integrar en el correspondiente plan de mantenimiento preventivo de la instalación.

En caso de disponer de un sistema de aprovechamiento de aguas grises o fecales,

  • Retirada de los lodos decantados
  • Limpieza de los filtros de grasas y detergentes.
  • Reposición de los depósitos de cloración.
  • Comprobación de las bombas de impulsión.

Si la instalación dispone de un pozo de bombeo de fecales debido a que dispone de sótanos por debajo del nivel de evacuación del colector municipal, se deberán realizar las siguientes comprobaciones periódicas:
Comprobación de la secuencia de funcionamiento del cuadro de control. Los pozos de bombeo de fecales disponen generalmente de un sistema de dos bombas que funcionan alternativamente para evitar desgastes prematuros. El sistema de funcionamiento se regula mediante tres boyas que marcan tres niveles distintos dentro del pozo.

1. La boya más baja indica el nivel mínimo que debe tener el pozo para garantizar la correcta succión. Cuando se alcanza este nivel las bombas se paran.
2. Si el nivel comienza a subir y alcanza a la segunda boya entra en funcionamiento una de las boyas hasta alcanzar el nivel más bajo. Cuando vuelva a subir el nivel debe entrar en funcionamiento la otra bomba repitiendo el proceso de forma alternativa.
3. Si el agua residual que llega al pozo es superior a la capacidad de una sola bomba y se alcanza el nivel alcanzado por la boya más alta, deberán entrar en funcionamiento al mismo tiempo las dos bombas de fecales.

También se deberá medir el consumo de corriente de las bombas mediante pinzas amperimétricas para detectar posibles desequilibrios entre las fases de los motores y consumos anómalos.

Una última operación que debe programarse dentro del mantenimiento preventivo es la extracción y limpieza de las bombas y sus succionadores, así como los de la tubería de impulsión.

Para verificar regularmente el funcionamiento y estado de limpieza de los desagües, botes sifónicos y arquetas se realizarán las pruebas prescritas en el apartado 5.6.1 de la sección HS 5:
“Se realizarán pruebas de estanquidad parcial descargando cada aparato aislado o simultáneamente, verificando los tiempos de desagüe, los fenómenos de sifonado que se produzcan en el propio aparato o en los demás conectados a la red, ruidos en desagües y tuberías y comprobación de cierres hidráulicos.

Las pruebas de vaciado se realizarán abriendo los grifos de los aparatos, con los caudales mínimos considerados para cada uno de ellos y con la válvula de desagüe asimismo abierta; no se acumulará agua en el aparato en el tiempo mínimo de 1 minuto.

Las arquetas y pozos de registro se someterán a idénticas pruebas llenándolos previamente de agua y observando si se advierte o no un descenso de nivel”.

Para detectar fugas durante y antes de la puesta de funcionamiento de la red de saneamiento y evacuación se realizarán pruebas de estanquidad al 100% de todos los tramos. Las formas contempladas de realizar la prueba de estanquidad en redes de saneamiento son:

  • Se realiza tanto en las redes de evacuación de aguas residuales como en las de pluviales.
  • El procedimiento consiste en taponar todos los terminales de las tuberías de evacuación, excepto los de cubierta, y a continuación en llenar la red con agua hasta rebosar. La presión a la que debe estar sometida cualquier parte de la red no debe ser inferior a 3 metros de columna de agua, ni superar el máximo de 10 m. c. a. Si el instalación tuviese una altura equivalente más alta de 1 m. c. a., se efectuarán las pruebas por fases, subdividiendo la red en partes en sentido vertical reduciendo la presión máxima a 6 de m. c. a.
  • La prueba se considerará satisfactoria si ninguna de las uniones presentan pérdida de agua.
  • La prueba con aire se realizará de forma similar a la prueba con agua, salvo que la presión a la que se someterá la red será entre 0,5 y 1 bar, como máximo. Para realizar esta prueba se taponan los extremos de la red mediante unos balones hinchables y a continuación se presuriza la red mediante un compresor.
  • El resultado de la prueba se considera satisfactorio cuando la presión se mantenga constante durante tres minutos.
  • Es una prueba que consiste en introducir en el interior de las tuberías un producto con suficiente densidad de humo y olor penetrante.
  • La prueba se considerará satisfactoria cuando no se detecte presencia de humo y olores en el interior del edificio.
  • Esta prueba también se realiza para comprobar la estanquidad de los conductos de ventilación.

 

 

 

 

 

 

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